El Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, es una fecha para reflexionar sobre los avances conseguidos en la lucha por la igualdad de género, así como para recordar los desafíos que aún enfrentan las mujeres en diferentes partes del mundo.
Muchas veces se aborda la cuestión de la equidad en el trabajo, la educación y la salud reproductiva, pero desde ASHEMADRID queremos centrar nuestra atención en un tema menos visibilizado: la relación entre las mujeres y las coagulopatías, en especial la hemofilia.
La hemofilia es un trastorno hemorrágico hereditario que impide la coagulación normal de la sangre, lo que puede llevar a hemorragias prolongadas y, en algunos casos, a complicaciones graves. Aunque tradicionalmente se ha asociado con los hombres, dado que la hemofilia se transmite a través de un cromosoma X recesivo, las mujeres también se ven afectadas.
En las mujeres, la hemofilia se manifiesta de diferentes formas, siendo las más comunes las mujeres portadoras con síntomas leves o moderados de sangrado, como hemorragias menstruales intensas, postparto o problemas articulares.
Existen otros tipos de coagulopatías que también se manifiestan en mujeres con diferentes síntomas (diferentes déficits con el del Factor V).
Es importante destacar que las mujeres han sido en gran medida invisibilizadas en la investigación y el tratamiento de trastornos hemorrágicos.
La atención se ha centrado principalmente en los hombres, ya que los síntomas suelen ser más evidentes y graves en ellos.
Sin embargo, esta falta de visibilidad ha significado que muchas mujeres portadoras o afectadas por hemofilia no hayan recibido un diagnóstico adecuado ni el tratamiento necesario a tiempo, lo que ha comprometido su calidad de vida.
En el Día Internacional de la Mujer tenemos la oportunidad para sensibilizar sobre estas cuestiones y reconocer las realidades que enfrentan las mujeres afectadas por coagulopatías.
A medida que se avanza en la comprensión de la hemofilia y otras coagulopatías, es crucial que las mujeres reciban la atención médica que necesitan, incluida la educación sobre cómo manejar el trastorno, el acceso a terapias adecuadas y un mayor reconocimiento de sus experiencias en la investigación científica.
Además, la comunidad médica debe trabajar para erradicar el estigma que rodea a estas enfermedades, así como fomentar la igualdad de género en los estudios y la atención médica, para garantizar que tanto hombres como mujeres reciban los mismos niveles de cuidado y apoyo.
En conclusión, el Día de la Mujer no solo es una oportunidad para celebrar los logros alcanzados por las mujeres en todo el mundo, sino también para reflexionar sobre las realidades poco visibles, como las que enfrentan las mujeres con coagulopatías.
Su inclusión en la investigación, el diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado son pasos fundamentales para garantizar que todas las personas, independientemente de su género, puedan vivir con salud y bienestar.
